El cambio es consustancial a la vida, y si no  que nos lo digan ahora, que de la noche a la mañana la pandemia del COVID-19 ha hecho tambalear los cimientos de nuestro día a día. Sin embargo, cambiar no siempre resulta fácil. En estas semanas de confinamiento, el sedentarismo se ha convertido en nuestro compañero de vida. En estas condiciones,  si queremos cultivar un estilo de vida saludable que nos mantenga en las mejores condiciones físicas y mentales,  hemos de realizar ciertos ajustes.

Te animamos a cuidar de los siguientes aspectos:

  • En primer lugar, de lo que nos procura la energía, es decir, la alimentación.  Recuerda que en época de confinamiento la tentación vive en casa, y debemos evitar los constantes viajes a la nevera para atiborrarnos de cosas que no necesitamos. Es importante cuidar tanto de la calidad de las comidas como de la cantidad, manteniendo una  dieta rica y variada sin sobrepasar el número de calorías que necesitamos, teniendo en cuenta que nuestro gasto energético ha disminuido.  Mantén, en la medida de lo posible, las 5 ingestas diarias (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena). Si entre horas sientes apetito, ten a mano unos frutos secos o unas tortitas de arroz para saciarlo.  Se trata de aportar a tu cuerpo la energía que necesita,  evitando  la obesidad y, con ella, las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión arterial.
  • Importante: ¡evita el tabaco, el alcohol y las sustancias estimulantes! Uno de los artículos que ha subido más en ventas en las últimas semanas ha sido la cerveza. Si echas de menos tus cañitas, habitúate a tomar cerveza sin alcohol. Y si no estás dispuesto a hacerlo, no tomes más de una cervecita al día.
  • Mueve tu cuerpo, y encuentra el modo de practicar ejercicio físico de forma regular, aprovechando al máximo el espacio de tu casa. Se trata de mantener el organismo en las mejores condiciones, especialmente el tono muscular. Si alguna enfermedad te impide hacer ejercicio físico activo, mueve tus extremidades (brazos, manos, piernas y pies)  para que la sangre circule y oxigene al máximo los músculos y tejidos.
  • Mantén unas rutinas de sueño que te ayuden a descansar. Es importante que te marques unos horarios regulares para acostarse y levantarse, y que evites las siestas diurnas. Dos horas antes de ir a dormir, fuera móviles y pantallas. Y cuando te despiertes, lo mismo. En su lugar, saluda al sol y prepara tu mente y tu cuerpo para vivir un nuevo día.
  • Los ejercicios de respiración profunda y las prácticas de relajación y meditación te ayudarán a mantener el equilibrio mente-cuerpo-corazón.
  • Y, por supuesto, cultivar una actitud positiva, cuidando de tus relaciones, practicando tus aficiones, aprendiendo cada día algo nuevo, ayudando a la gente que lo necesita y sintiéndote útil.

Y como los cambios y los ajustes siempre son progresivos, es importante que des el primer paso, luego el segundo y después el tercero… Siempre bien enfocado hacia los objetivos que tú mismo te marques y gestionando los posibles obstáculos que puedan surgir en el camino. ¡Hazlo por ti, porque lo mereces tú!